sábado, 31 de octubre de 2009

México, por un nuevo estallido social

José Luis Sánchez González / Poresto.net

La total incapacidad para gobernar, la soberbia y la impunidad exhibida por los panistas en ejercicio del poder público, han puesto a la Nación en un auténtico punto de ebullición que de llegar hasta el estallido, traerá consecuencias fatales a todos los mexicanos.

En los periódicos aparecen, a diario, cuantiosos asesinatos; diariamente se publican también graves delitos cometidos en complicidad con autoridades corruptas; a diario vemos el sufrimiento de mucha gente cuya familia ha sido flagelada por el cáncer de la drogadicción y también vemos la desesperación de los derechohabientes del IMSS que cada vez reciben peor atención médico-administrativa, sin dejar de mencionar, claro, la falta de oportunidades de empleo.
Aunado a lo anterior, recordemos que el espurio autorizó el incremento del combustible lo que resultó letal para la economía de los mexicanos trabajadores, no así para la alta burocracia enquistada en el gabinete de Calderón que gana mensualmente, lo que un obrero ganaría en años.
Pero al hacer este pequeñísimo recuento de todo el desmadre que hay hoy en día en el país, ¿cree usted que es todo lo que sucede en nuestra querida patria? ¡Pues fíjese que no!
Felipe Calderón, el representante visible de la derecha en México, ha asestado un nuevo, brutal golpe al pueblo mexicano al dejar sin trabajo a más de 45 mil trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro por el simple hecho de mostrar simpatías hacia el Presidente legítimo de la Nación, Andrés Manuel López Obrador, a quien el PAN persigue insaciablemente y a cualquier costa, desde Vicente Fox.
El argumento que maneja la derecha mexicana es que esa empresa está cuajada de gente inepta, corrupta y que vive en los excesos económicos, que absorbe mucho presupuesto y que por su culpa Feli–pillo no ha podido crear 100 mil empleos (¿?).
¿Sabe usted cuánto ganaba más de la mitad de esa gente que de pronto se ha quedado sin recibir ingreso alguno?, ¡seis mil pesos al mes!, ¿y sabe usted cuánto gana un burócrata en la oficina de Felipe Calderón?, ¡más de ciento veinte mil pesos mensuales!, entonces, ¿quién vive en el exceso?, ¿quién absorbe la mayor parte del presupuesto público?, de aprobarse, ¿a quién beneficiaría el aumento del IVA que quiere Calderón? Y lo peor, ¿cuánto tiempo subsistirían esas familias con los noventa o cien mil pesos que recibirían de “liquidación”?; pero además, siendo Calderón el campeón del desempleo, ¿cuál sería la suerte de estos mexicanos al día de mañana?
Uno de los pretextos absurdos manejados por el gobierno panista para despedir a todos estos trabajadores es que la empresa se había convertido en un ente ineficiente y que su personal es incompetente.
Si esto fuera así, ¿por qué entonces les están prometiendo volver a recontratar?, si los trabajadores fueran en verdad los culpables del mal funcionamiento de esa empresa, ¿por qué los premian con una “liquidación” extraordinaria que es a todas luces ilegal?
Porque recordemos que la Ley Federal del Trabajo tiene muy claro el proceso de liquidación de un trabajador y el gobierno espurio está quebrantando esta ley (como siempre) y le está regalando dinero injustificado, proveniente del pago de impuestos, a un sujeto que se supone lo está despidiendo por ineficiente e incompetente. ¡Qué pendejez!
La burla es muy clara. El motivo real es únicamente atacar al trabajador mexicano, es favorecer los intereses del empresario extranjero al que le están vendiendo el país y la prisa por lograr que se cobre esa “liquidación” es porque el movimiento de resistencia puede crecer inimaginablemente en los siguientes días, no hay de otra.
El acto cometido por Felipe Calderón contra el trabajador mexicano es totalmente ilegal desde el momento mismo en que se consumó el asalto (no tiene otro nombre) cometido a las instalaciones de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro que fueron tomadas antes de la publicación del Decreto, en lo oscurito y como ladrones, lo que se constituye como un delito. Al momento de ejecutarse este criminal acto, no existía ningún peligro en contra de México que justificara la intervención de las fuerzas represivas de Felipe Calderón.
En la campaña mediática de desorientación al pueblo mexicano (por cierto, ¿cuánto le está costando al pueblo mexicano esta publicidad pagada por el gobierno espurio?, ¿pues no que ya no hay dinero y por eso quiere aumentar el IVA?), no se menciona para nada quién es el director.
Observemos todas las notas de prensa pagadas por el gobierno. No se menciona al director, no se dice quién es y no existen consecuentemente declaraciones ni amagos de entrevistas hacia este guardado funcionario, ¿será que fue el primero en ser liquidado?
Pero además, el responsable de esa empresa es el propio gobierno, ¿será que también Felipe Calderón, Fernando Gómez Mont y Lozano Alarcón se van a autoliquidar?
Desde que el PAN llegó al ejercicio del poder federal, México se ha venido desbarrancando aceleradamente. En este acto genocida, los únicos que están felices y frotándose las manos son los empresarios hambreadores que son los que evaden el pago de impuesto y que no pagan su consumo de corriente bajo la complicidad de Calderón.
México ha sido dividido en dos corrientes. Además, el enfrentamiento y la sin razón han sido privilegiadas por el gobierno espurio. ¿Cómo justificar actos de esta naturaleza si van en contra de nuestras propias leyes y en contra del sentido común? No hay forma.
La semana que acaba de concluir, ha marcado las páginas de nuestra Historia de una manera trágica a través de dos notas principales:
Por una parte, el ataque frontal contra el trabajador mexicano (al que parece que le apesta a los panistas) y por otra, el anuncio de la Encuesta Nacional de Adicciones 2008, de que en sólo seis años (o sea, durante el tiempo que han venido ejerciendo el poder los conservadores panistas), el consumo de cocaína en nuestro país se duplicó considerable e impunemente.
¿Nos dicen algo estos alarmantes datos?

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