Pronunciamiento por la dignidad y el respeto a Tlajomulco A las y los
Jaliscienses: La esencia de un gobierno de izquierda genuinamente
democrático es responderles únicamente a sus ciudadanos, por encima de
cualquier chantaje, capricho, manipulación o amenaza. Un gobierno
responsable, escucha y responde a los intereses y demandas de sus
habitantes, al tiempo que reconoce el irrenunciable derecho del pueblo
a demandar explicaciones sobre las decisiones políticas que impactan
la vida pública. Desde el día que asumí la Presidencia Municipal de
Tlajomulco dejé muy en claro que las mezquindades y la politiquería no
debían cegar ni obstruir la acción del gobierno, y me comprometí a que
pondría todo mi empeño y determinación para vencer cualquier obstáculo
que intentara regatearme la honrosa oportunidad de gobernar Tlajomulco
y de construir, junto con sus habitantes, una nueva historia. Por
ello, en un acto de congruencia y responsabilidad me siento moralmente
obligado a denunciar públicamente los intentos recurrentes de abuso y
atropello sobre el pueblo de Tlajomulco y su gobierno en los últimos
meses, por parte de un personaje que en su inagotable ambición de
poder y privilegios, hoy por hoy es un obstáculo para el desarrollo
democrático de Tlajomulco y del estado de Jalisco. Ese personaje lleva
como nombre Raúl Padilla López y actúa, como lo hacen los llamados
“poderes fácticos” en este país, a través de esquemas de presión,
manipulación y chantaje, propios de una generación premoderna que
sigue pensando que las instituciones públicas son parte de su
patrimonio y que el poder político no es para servir, sino para
servirse. En las últimas dos décadas, los jaliscienses han sido
testigos de los afanes de poder de Raúl Padilla López. Su modus
operandi ha consistido en intentar cercar y secuestrar a varias
organizaciones e instituciones públicas locales, incrustando a sus
incondicionales en posiciones estratégicas de control político y
financiero. Bajo el velo de de la promoción cultural y la renovación
académica, Raúl Padilla López ha construido redes de complicidad para
intentar convertirse en factor de decisión de la vida pública de
Jalisco. Lamentablemente, Tlajomulco y su Gobierno no han sido ajenos
a los intentos de secuestro por parte de Raúl Padilla López. Poco
antes del inicio de las campañas electorales y hasta el día de hoy,
Raúl Padilla no ha cesado en su pretensión de manipular y controlar al
municipio, poniendo en riesgo la operación del gobierno. El recuento
de los intentos por agraviar y chantajear a Tlajomulco es tan absurdo
como ilustrativo:
1) Una vez que constató las posibilidades de triunfo de nuestro
proyecto político en Tlajomulco, obstaculizó sistemáticamente, a
través de sus incondicionales en el Partido de la Revolución
Democrática, el registro de la planilla de regidores para contender en
la elección constitucional de julio de 2009. 2) Cuando los ciudadanos
nos otorgaron la responsabilidad de gobernar Tlajomulco, Raúl Padilla
nos exigió, nada más y nada menos que el 60 por ciento de los espacios
administrativos del Gobierno Municipal, evidenciando con ello una
concepción patrimonialista del gobierno. 3) Al no acceder a su
chantaje, Raúl Padilla López se reunió en su propia casa con los
regidores del PRI y del PAN de Tlajomulco para persuadirlos de que se
aliaran con él para boicotear los nombramientos del Secretario
General, el Tesorero y el Contralor, en la primera sesión de
Ayuntamiento del 1ro de Enero de 2010; a cambio, ofreció posiciones en
la estructura administrativa para militantes de ambos partidos,
algunos de cuales participaron en los actos de violencia de los que
fueron objeto nuestras brigadas de jóvenes durante la campaña
electoral . 4) Al no acceder a sus caprichos, Raúl Padilla López,
quien controla los órganos de dirección de mi partido, el Partido de
la Revolución Democrática, eliminó de la Agenda Legislativa del PRD en
el Congreso local, cualquier proyecto o iniciativa orientada a
fortalecer a los habitantes de Tlajomulco y a su gobierno. 5) Sin
ninguna evidencia, varios de sus incondicionales, entre ellos el
Rector del Centro Universitario de la Costa, han emprendido una
absurda cruzada para acusarme a mí y al gobierno de Tlajomulco de
estar aliados con la ultraderecha. 6) A pesar de la disposición de mi
gobierno y de mis gestiones frente a las autoridades formales y
legales de la Universidad de Guadalajara para construir un Centro
Universitario en Tlajomulco, Raúl Padilla López ha ordenado a sus
incondicionales la cancelación de dicho proyecto, quitándole a miles
de jóvenes de Tlajomulco la posibilidad de acceder a la educación
superior. Por todo ello, manifiesto categóricamente que no permitiré
que Tlajomulco y su Gobierno toleren un día más el yugo de Raúl
Padilla López. Estoy conciente que librarse de uno de los poderes
fácticos más influyentes de Jalisco en las últimas décadas, implica
riesgos. Sin embrago, mi obligación como ciudadano y mi
responsabilidad como gobernante es responder con determinación y
convicción a las represalias que vendrán sobre Tlajomulco, su gente y
su Gobierno.
Hago directamente responsable a Raúl Padilla López de los embates
políticos, económicos y mediáticos que seguramente recibirán
Tlajomulco y su Gobierno por el posicionamiento de dignidad y
congruencia que hacemos el día de hoy; lo hago responsable de que
miles de jóvenes se queden sin estudiar por oponerse caprichosamente
al Centro Universitario de Tlajomulco; lo hago responsable del intento
de
recorte presupuestal para el próximo año que pondrá en riesgo los
programas sociales y las obras de infraestructura que Tlajomulco
necesita; lo hago responsable de pretender derrumbar la esperanza de
miles de personas de vivir en un mejor municipio y una mejor ciudad;
lo hago responsable de intentar descarrilar a uno de los pocos
gobiernos de izquierda que con tanto esfuerzo ha venido construyendo
no sólo el perredismo de Tlajomulco, sino también el genuino e
histórico perredismo de Jalisco. Más aún, lo hago responsable de la
ridícula acusación de mi supuesta alianza con las “ultraderechas”;
esas oscuras congregaciones que, al igual que la de Raúl Padilla y sus
incondicionales, pretenden secuestrar a Jalisco, a sus instituciones y
a sus habitantes, cancelando las libertades, el derecho a disentir, y
la oportunidad de aspirar a una vida pública plenamente democrática.
Hacemos un fraternal llamado a los habitantes de Jalisco y de
Tlajomulco, a las instituciones públicas del estado, y a los
movimientos y organizaciones sociales, para que no permitamos que
ninguna entidad pública esté sujeta a los caprichos y chantajes de
Raúl Padilla López. Por último, reitero que mi único compromiso es
gobernar dignamente a favor de la gente de Tlajomulco. Contra todos
los obstáculos que tengamos que enfrentar, vamos a sacar a adelante a
este gobierno y a construir una nueva historia. Tlajomulco es
oficialmente a partir de hoy, un territorio liberado de Raúl Padilla
López. Atentamente 22 de Febrero de 2010
Enrique Alfaro Ramírez
Presidente Municipal de Tlajomulco de Zúñiga
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